<<Louisa Clark vive con sus padres, su abuelo, su hermana menor y su sobrino; en esa apacible vida (sosa, dirían algunos), Louisa tiene cada minuto diario controlado, desde los pasos que da hasta su casa, hasta cada uno de los clientes de la cafetería en la que trabaja. Tras ser despedida por el cierre de esta, se ve obligada a buscar un nuevo trabajo. A partir de esto, llega la oportunidad de trabajar en casa de la familia Traynor para cuidar y acompañar a Will, quien, a raíz de ser atropellado, sufre de una tetraplejia que le hace depender de todos los que le rodean. Will y Louisa son totalmente diferentes, tanto en gustos como en metas e incluso el modo de lograr estas, pero su periodo juntos tiene una fecha límite impuesta por Will, y Louisa luchará por que esta desaparezca.>>
Lo primero que tengo que decir de este libro es que me alegro de haberlo terminado mientras estaba sola, porque no lloraba tanto desde Bajo la misma estrella (John Green), e incluso me atrevo a decir que esta vez fue mucho peor.
Cuando lo empecé, lo hice sabiendo (gracias a mis amigas Lana Fry y Dawn Dellion, quienes me advirtieron que me buscara una caja de pañuelos) que iba a sufrir. Lo peor es que, si mal no recuerdo, cuando les dije que estaba llorando como un cocodrilo se rieron.
¿En qué estaba? Ah, sí. El libro.
Es una historia preciosa. Al principio veía que Will sería el típico chico rico que hace lo que le da la gana y sólo piensa en fiestas, chicas y negocios.
A medida que avanzan las semanas junto a Louisa, la chica descubre que su "jefe" es más complejo de lo que pensó al principio; sí, sigue siendo un tanto huraño, pero también se vuelve más comunicativo, incentiva a Lou a leer, viajar, estudiar, soñar... A tener objetivos más allá de los límites del perímetro de su ciudad, explicándole que no siempre es necesario tener una fortuna para divertirse y aprender.
ALERTA SPOILER
Por su parte, la protagonista es consciente de que Will ha puesto un plazo máximo de seis meses para recordarle que aún le queda mucho por vivir, que aún tiene motivos para divertirse sin que su tetraplejia se lo impida del todo, ya sea yendo a una orquesta, al hipódromo, o a un maravilloso balneario, todo ello bajo la preocupación de los señores Traynor, quienes cuentan con su nueva empleada para que su hijo renuncie a la idea de la eutanasia.
Por supuesto, pasar tanto tiempo juntos tendrá sus consecuencias.
Huelga decir que ese libro me dejó con un profundo luto literario y todavía no me atrevo a leer Después de ti, la secuela de este libro.
